La cultura dominante nos dice que no hay suficiente para mantenernos, que estamos enfrentados los unos a los otros y que competimos por sobras mientras que el plato fuerte está fuera de nuestro alcance. Si queremos una economía solidaria, debemos rechazar el mito de la escasez y acoger la posibilidad de abundancia. Al poner en práctica los valores que queremos ver reflejados en nuestra cultura y sociedad, como la distribución de los recursos y la planeación colectiva dentro de nuestros movimientos, habrá más que suficiente para todos. Aun cuando hagamos acuerdos con entidades más poderosas como gobiernos y fundaciones, nos apoyaremos mutuamente con el fin de preservar nuestra soberanía y seguir siendo fieles a nuestros valores.
PRÁCTICAS
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